Me sorprendí a mi misma, allí sentada, mirando al baúl ya medio vacío, en el que no conseguí encontrar ningún recuerdo de mi infancia.Y sentí nostalgia.
Por que una vez fui capaz de hacer bailar a la cuchara con la servilleta, de viajar a mundos perdidos en un barquito de papel, de dormir plácidamente en mi frágil inocencia y de crear historias de amor entre el gatito y la muñeca...¿qué ha sido de ese gran poder que poseía?
La cruda realidad nos lo va quitando, y al madurar nos contaminamos y aprendemos de mentiras, tristeza y egoísmo, porque resulta que la vida real no era como en aquellos años la imaginábamos con emoción.Nos frustramos. Y dejamos de creer en todo lo relacionado con los sueños .
Pero no debemos perder al niño que llebamos dentro, volver a tener esa mirada transparente que solo quiere ver la belleza del mundo, y que nuestra sonrisa sea lo más anhelado por la gente que nos rodea. Yo no lo perderé.
Y volví a mi casa, donde pase toda mi infancia y recuperé una muñeca cubierta de polvo y olvidada.
Hoy he vuelto a soñar, he soñado con piratas, príncipes y princesas, he navegado atravesando mundos fascinantes, he luchado en guerras sin sangre y he creado historias de amor perfectas.
Hoy he sido niña otra vez.
1 comentario:
No sé si me gustan mas las fotos ó el texto..... son muy bonit@s
Publicar un comentario